//Argentina Campeón!

Argentina Campeón!

Podríamos titularlo como “Maracanazo” pero es caer en la típica reiteración de titular de esta manera, cada que Brasil pierde un partido importante en el mítico estadio. Esta palabra ya está patentada por los orientales celestes, cuando la selección de fútbol de Uruguay, en el partido final de la Copa Mundial de Fútbol de 1950 derroto a la selección de fútbol de Brasil por 2 a 1. Esta es la primera Copa que nuestra selección juega vista por el Diego desde arriba. Y un Ángel suelto (cuestionado muchas veces) fue quien con una exquisita definición envió la pelota al fondo de la red para cortar una sequía de 28 años sin títulos para la celeste y blanca. Y si les gustan los números, Brasil hace 80 partidos que no perdía frente a un equipo sudamericano a nivel selección. El logro de esta renovada selección nacional le tapó la boca a más de uno. El arbitraje del uruguayo Ostojich fue impecable, preciso en lo técnico y disciplinario, no compro ninguna caída en el área. Hay que destacar al asistente Martin Soppi que estuvo preciso en el gol y la atención del VAR que anulo muy bien el empate de Brasil. Lo destaco porque siempre es bueno reconocer cuando se hace un trabajo excelente.

Al fin algunos entendieron que cuando tenés una figura excluyente, para ganar algo, necesitas de un EQUIPO que te respalde. Así como Diego metió un pase en profundidad para que Burruchaga entre a convertir el gol del triunfo de la final del 86, Rodrigo de Paul metió un pase profundo, largo, para que Di María defina exquisitamente y convierta el gol en el Maracaná. Lo mismo pasa bajo los 3 palos, Fillol o Pumpido te daban esa tranquilidad, confianza que actualmente te da el “Dibu” Martínez. Enorme partido de Rodrigo De Paul, no solo por el pase-gol a Di María, le cedió uno a Messi a los 87 minutos que no pudo convertir, le toco marcar y frenar en varias oportunidades nada más y nada menos que a Neymar. Más allá del contexto de ganarle a Brasil en su cancha, esta selección pasó una prueba que pocos se dieron cuenta: aprendió a batallar en el campo de juego, a jugarse la vida en cada pelota, y estamos hablando de jugadores exquisitos con la pelota en los pies, Lo Celso, Messi, De Paul no tienen problemas en ir al piso a pelearla. Ya nos habían demostrado el potencial ofensivo en el arco rival pero costaba aguantar partidos. Había que frenar a Brasil en el Maracaná y este grupo de jugadores saco pecho, no arrugo y lo hizo.

Con un poquito más de suerte, Argentina pudo ampliar el resultado. Esta selección le dio seguridad a la gente, logro que el público salga de ese letargo negativo para comenzar a interesarse nuevamente en la celeste y blanca. A partir de ahora, esta nueva generación de la selección llego a escribir una nueva historia en el futbol nacional, con pocos “Caciques” y muchos indios dispuestos a dar lo mejor para el equipo, demostraron en silencio que en grupo, con sacrificio y trabajo se pueden lograr cosas importantes. Y lo lograron. Los “Panqueques” estarán a la orden del día. Seguramente hoy muchos dirán que confiaban en la selección, no se acordaran contra quien jugo la primera fecha de esta Copa ni el resultado. Llego el momento de festejar, Lionel Messi necesitaba levantar esta Copa y su cara de felicidad lo decía todo. Y el otro Lionel, Scaloni, junto a su equipo de trabajo, son los grandes artífices para que nuestra selección traiga una alegría a todos los argentinos. Se festejó, frente a Brasil, nada más y nada menos que en su casa. SALUD CAMPEONES!

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